Desde retratos íntimos que revelan historias personales hasta capturas rápidas que congelan una fracción de segundo, me esfuerzo por descubrir el pulso de cada momento y dejarlo vivir.
En cada cuadro, trato de capturar los latidos del corazón del mundo —sus colores, culturas y momentos de quietud— para que otros puedan sentir el ritmo de lugares distantes.